Inmediatamente
pedí que cerraran la tapa del ataúd. Estaba vacío. Mi compañero y yo nos
miramos desconcertados, y entonces caímos en la cuenta: el ataúd era barato y
la tapa quedaba floja, el muerto debió caer de la parte trasera de la pick-up
cuando pasamos aquel vado que nos hizo saltar. No nos dimos cuenta, estábamos absortos escuchando la transmisión del partido de fútbol.